Una pequeña cadena hotelera patrimonialista familiar, cuyo hijo se había incorporado a la dirección de la empresa, deseaba adquirir nuevos hoteles, pero exclusivamente en arrendamiento o gestión. El mandato realizado a BurgMaster Hospitality Consultants era conseguir un nuevo hotel, disponible para arrendamiento o gestión, en la ciudad de Barcelona. Las características del hotel deseado eran 3E o 4E, de unas 100 habitaciones y bien ubicado, aunque no necesariamente en zona prime.
La elección de BurgMaster como consultor fue adecuada. BurgMaster conoce muy bien a docenas de operadores y está al corriente de sus planes, objetivos y necesidades. Gracias a ello, hizo un short list de operadores en probable crisis de sucesión que podrían ceder la gestión de uno de sus hoteles a cambio de una renta.
Los hoteles de estas características no eran muchos. Se estableció contacto con los propietarios de cada uno de ellos y se iniciaron conversaciones. A la hora de la verdad los operadores inicialmente interesados en arrendamiento solicitaron rentas inasumibles. La situación, pues, empezó a complicarse.
Afortunadamente uno de los propietarios, cliente de BurgMaster, tenía desde hacía un tiempo la voluntad de abandonar la gestión directa. Para ello, había pensado en transformar uno de sus hoteles en condominio. El plan fracasó pero en cambio aceptó la propuesta de ceder en arrendamiento su hotel a la cadena que estaba en expansión, negociando correctamente la cláusula del mantenimiento y el tratamiento de ciertas deudas anteriormente contraídas. La solución consistió en un acuerdo de reducción del alquiler durante un cierto periodo. Así se llegó a la firma del contrato.