Un hotel vacacional de tipo medio entró en concurso de acreedores. El hotel era una concesión administrativa municipal y entre muchos acreedores estaba el propio Ayuntamiento. El Juez que instruía el caso nombró los correspondientes administradores concursales que conminaron al gestor y propietario a abandonar la dirección del hotel por falta de transparencia en las cuentas que periódicamente les presentaba. Sin embargo, dicho gestor interponía recursos que iban dilatando el abandono de su función directiva, y mientras tanto disponía a su antojo del negocio.
Ante la falta de éxito en la toma de posesión del hotel, los administradores concursales, conscientes de su escaso conocimiento del sector hotelero, consultaron a BurgMaster Hospitality Consultants en busca de una solución adecuada al caso.
BurgMaster, después de analizar la situación, aconsejó establecer un contrato de management con alguna cadena hotelera local. Tras una extensa búsqueda, se encontró al explotador adecuado. La idea fue aceptada por el Juez responsable del concurso, que prestó todo su apoyo al proceso de sustitución.
Tras firmar el correspondiente contrato, en un solo acto el nuevo gestor se hizo cargo del hotel, funcionando desde ese momento a satisfacción de los administradores concursales y, naturalmente, del propio Juez.